El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, ahora conocido como León XIV, ha sido elegido como el nuevo pontífice de la Iglesia Católica. Su elección marca un nuevo capítulo, pero para entender la magnitud de este evento, vale la pena echar un vistazo a la fascinante historia de los cónclaves papales, procesos llenos de misterio, intrigas y momentos decisivos.
La elección de un Papa, un proceso cargado de tradición, sigue siendo un enigma para muchos. Los cardenales electores juran guardar el secreto bajo pena de excomunión, una promesa que se extiende a cocineros, chóferes y personal médico. Antes del cónclave, la Capilla Sixtina se blinda contra cualquier intrusión, con inspecciones en busca de micrófonos y dispositivos de interferencia para proteger las deliberaciones.
Pero no siempre fue así. La historia de los cónclaves está salpicada de anécdotas increíbles. En el año 236, una paloma posándose sobre la cabeza de Fabián fue interpretada como una señal divina, llevándolo a ser elegido Papa por unanimidad. En contraste, la elección papal más larga, entre 1268 y 1271, se prolongó durante dos años y nueve meses, cobrándose la vida de tres cardenales.
El año 1378 fue testigo de una situación aún más caótica. Tras el regreso del papado a Roma desde Aviñón, la muerte del Papa francés Gregorio XI desató la furia popular. Una turba rodeó el cónclave, exigiendo un Papa romano bajo amenaza de muerte. La rápida elección de Urbano VI no resolvió el problema, ya que algunos cardenales declararon inválida la elección y nombraron a Clemente VII, restableciendo la corte papal en Francia. Este cisma dividió a la Iglesia durante cuatro décadas.
En el otro extremo, el cónclave de 1503, tras la muerte de Pío III, fue el más breve de la historia. En pocas horas, Giuliano della Rovere, conocido como Julio II o el «papa guerrero», ascendió al trono papal, famoso por dirigir campañas militares y por iniciar la reconstrucción de la basílica de San Pedro.
Más recientemente, 1978 fue un año de doble cónclave. Tras el breve pontificado de Juan Pablo I, el cardenal polaco Karol Wojtyla fue elegido, convirtiéndose en Juan Pablo II, el primer Papa no italiano en siglos. Su carisma y liderazgo lo convirtieron en uno de los pontífices más populares y influyentes de la historia.
Ser Papa, como vemos, no es tarea sencilla. A lo largo de más de dos mil años, 267 pontífices han dejado su huella en la religión, la política y la cultura mundial. Algunos, sin embargo, han marcado un antes y un después.
Entre los Papas más influyentes destacan León I, quien consolidó la autoridad del papado y defendió la ortodoxia; Gregorio I, recordado por su labor misionera y la expansión del cristianismo; Gregorio VII, impulsor de la reforma gregoriana; y Pío XII, quien, en tiempos de guerra, salvó a miles de judíos.
También sobresalen Juan XXIII, artífice del Concilio Vaticano II y modernizador de la Iglesia; Juan Pablo II, figura clave en la caída del comunismo; y, por supuesto, Francisco, quien ha buscado renovar la fe en tiempos de escepticismo y escándalos.
Ahora, con la elección de León XIV, la Iglesia Católica se prepara para un nuevo capítulo. ¿Qué legado dejará este nuevo pontífice? Solo el tiempo lo dirá.
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