En los últimos tiempos, hemos visto una explosión de productos enriquecidos con suplementos. Yogur con proteínas, queso con proteínas, ¡incluso helado con proteínas! A menudo, esta «proteinización» resulta innecesaria, ya que se añaden a alimentos que ya contienen una cantidad considerable de proteínas. Sin embargo, dentro de esta tendencia, ha surgido otra: la de convertir el café en un superalimento. Una de las últimas modas es agregar espirulina al café. Por eso hoy analizaremos si el café con espirulina realmente mejora tu salud.
Hace poco, comentábamos que añadir proteínas al café no era una mala idea. Un batido de proteína, plátano y café, por ejemplo, puede proporcionarnos una gran cantidad de nutrientes provenientes de la proteína y la fruta, además de los efectos beneficiosos del café. Es algo que puedes preparar fácilmente en casa para aumentar tu consumo proteico, pero también es una oportunidad que empresas como Starbucks han sabido aprovechar. Pero, ¿qué es exactamente la espirulina?
La espirulina es una microalga verdosa con forma de espiral que, convertida en polvo, se ha posicionado como el nuevo «alimento milagroso». Existen numerosas recetas que podemos preparar con espirulina, y por cada 100 gramos (una cantidad diaria poco realista), aporta 57 gramos de proteína, 23,9 gramos de carbohidratos, 3,6 gramos de fibra, y es rica en vitaminas del complejo B. Además, contiene calcio, magnesio, fósforo, potasio, sodio, yodo, cromo, vitamina A, K y folatos.
Siempre y cuando no sustituya a otros alimentos esenciales en la dieta, la espirulina puede ser un buen complemento que podemos incorporar fácilmente en forma de polvo a multitud de alimentos, preparaciones y salsas. Y, al igual que ocurre con la proteína, también es un buen añadido al café. ¿Cómo? Pues en forma de latte, buscando más una suplementación de vitaminas y minerales que un aporte proteico masivo. Además, posee un efecto antioxidante y antiinflamatorio, puede contribuir al control de la glucosa y a la mejora de la función vascular, así como a una flora intestinal saludable. ¡Parece que solo tiene beneficios!
Sin embargo, hay un par de aspectos a tener en cuenta. En primer lugar, es fundamental adquirir la espirulina a través de fuentes que garanticen su seguridad, ya que, a pesar de los estudios que muestran beneficios con dosis que van desde un gramo al día hasta cinco gramos al día, se trata de un alimento proveniente del mar y, por lo tanto, existe el riesgo de contaminación con metales pesados. Además, si padeces hipo o hipertiroidismo, este suplemento no es adecuado para ti.
En segundo lugar, al igual que ocurre con el café proteico de Starbucks, las marcas tienen otro «alimento milagroso» que etiquetar. Pret a Manger, una cadena británica de comida rápida especializada en comida orgánica, utiliza la espirulina como gancho publicitario, promocionando ingredientes naturales y orgánicos en sus bocadillos y sándwiches.
Sin embargo, el problema no reside en la espirulina en sí, sino en la cantidad excesiva de azúcar que se añade para enmascarar su sabor. Según la dietista Aisling Piggot, portavoz de la Asociación Dietética Británica, el café con espirulina de Pret contiene 19,4 gramos de azúcar por taza, una cantidad superior a la presente en una lata de refresco convencional. Por lo tanto, es crucial prestar atención a los ingredientes que acompañan al café.
En resumen, es importante no dejarse llevar por los beneficios que prometen algunos alimentos y leer detenidamente las etiquetas, ya que, por muchas propiedades que tenga la espirulina o las proteínas, las bebidas comerciales ya preparadas pueden contener dosis elevadas de azúcar que eclipsan cualquier beneficio potencial. Y, aunque el café con espirulina, o el chai latte con esta microalga, tengan un tono azul muy «instagrameable», lo cierto es que te tiene que gustar su textura terrosa y fuerte, ya que puede dominar el resto de los sabores.
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