Una nueva investigación desafía la teoría tradicional sobre el origen del Valle de Yosemite. Durante más de un siglo, los geólogos han debatido si el levantamiento tectónico y la acción glacial fueron los principales responsables de esculpir este impresionante paisaje. Sin embargo, un estudio reciente propone una explicación diferente: un antiguo sistema fluvial, alimentado por una cadena de volcanes ahora extinta, podría haber sido el verdadero artífice de la profunda incisión que caracteriza al valle. Esta hipótesis, publicada en *Geosphere*, sugiere que el paisaje fue esculpido por fuerzas olvidadas, no solo por los procesos geológicos conocidos.**
Hace millones de años, un río desaparecido canalizaba agua de erupciones volcánicas al norte del parque. Este río fantasma, al unirse con los cauces actuales de Tenaya Creek y el Merced River, habría incrementado su poder erosivo. La unión de estas corrientes fluviales multiplicó su fuerza, permitiendo que excavaran el profundo tajo que hoy conocemos como el Valle de Yosemite. Esta teoría no solo cuestiona el papel del levantamiento tectónico, sino que también explica enigmas geológicos previamente sin respuesta. En el lecho del río Merced, se han encontrado sedimentos volcánicos sin una fuente clara en las montañas cercanas.
La investigación propone que una antigua red hidrográfica conectaba el área con una cadena de volcanes en Sierra Nevada. Esta red transportó grandes cantidades de lodo volcánico, conocidos como lahares, hacia el sur. Estos flujos de lodo se unieron al Merced y al Tenaya, aumentando su capacidad de incisión sobre el granito característico de la región. El análisis del Cañón Tenaya, con su incisión desproporcionada para el arroyo actual, refuerza esta hipótesis. En su apogeo, el río canalizó un volumen de agua y sedimentos muy superior al actual, dejando un cañón sobredimensionado para el flujo que lo recorre.
El estudio utilizó modelos digitales para rastrear puntos de quiebre en los ríos Merced, Kings y Kaweah. Estos puntos indican cambios bruscos en la erosión, no siempre relacionados con el levantamiento tectónico. Estos fenómenos se repiten en otras cuencas de Sierra Nevada, sugiriendo un volumen de agua mayor en el pasado. También se identificaron paleocanales abandonados con sedimentos volcánicos del Mioceno y Plioceno, respaldando la teoría de una antigua red de drenaje reconfigurada. La reorganización fluvial, aunque común, había sido subestimada en la formación de Yosemite.
Esta hipótesis abre una nueva perspectiva sobre Yosemite y un paisaje desaparecido. La cadena de volcanes, los flujos de lodo y las conexiones fluviales son ahora parte del pasado geológico. Sus huellas, aunque fragmentadas, aún se pueden leer en las rocas y la topografía. El enfoque interdisciplinario reconstruye un rompecabezas que parecía irresoluble. La idea de que Yosemite deba su forma a la violencia de un río y un volcán desaparecidos, convierte al parque en un testigo de un pasado dinámico.
El equipo de investigación trabaja en la reconstrucción del paisaje fluvial antiguo mediante simulaciones geográficas inversas. El objetivo es mapear el flujo de agua en Sierra Nevada antes del colapso de los volcanes y los cambios fluviales. Esta investigación reescribe la historia del parque y ofrece herramientas para comprender los cambios en las cuencas hidrográficas. La próxima vez que visites Yosemite, recuerda el río fantasma y el volcán tallados en la piedra. Su legado invisible permanece en cada rincón del valle.
Deja una respuesta