Yogurt congelado vs. Helado: ¿Realmente es la opción más saludable? - universe4men

Yogurt congelado vs. Helado: ¿Realmente es la opción más saludable?

Con el calor del verano, las ganas de algo refrescante se disparan. Bebidas heladas, sandía y, por supuesto, helados son imprescindibles. Pero, ¿qué pasa con las nuevas tendencias «saludables» como el yogurt congelado o el famoso yogurt bark? Analicemos si estas alternativas saludables al helado son realmente lo que parecen.

El yogurt bark, esa receta viral que combina yogurt griego con frutas y frutos secos, extendida en una bandeja y congelada, se ha ganado su popularidad por ser visualmente atractiva y fácil de preparar. Sin embargo, como muchas tendencias en redes sociales, es crucial mirar más allá de la apariencia. ¿Es realmente una opción más sana?

Si bien el yogurt natural, especialmente el griego, aporta nutrientes valiosos como proteínas, calcio y probióticos, el proceso de congelación puede alterar algunas de sus propiedades. Según expertos de la Mayo Clinic, muchas cepas probióticas no sobreviven a la congelación y descongelación, especialmente si no se controla adecuadamente la temperatura y la formulación del producto.

Además, no todos los yogures son iguales. Muchos de los que encontramos en el supermercado contienen altos niveles de azúcares añadidos, edulcorantes artificiales, saborizantes y espesantes. Si a esto le sumamos toppings azucarados, el resultado puede ser una preparación más calórica que un helado tradicional. ¡Cuidado con las etiquetas!

Entonces, ¿ni el helado tradicional ni el yogurt congelado son opciones ideales? La clave está en el equilibrio. Disfrutar de un helado ocasionalmente no es perjudicial si tu dieta es equilibrada y no tienes condiciones médicas que lo desaconsejen. El problema no es el helado en sí, sino cómo encaja en tus hábitos alimenticios: ¿lo tomas como postre después de una comida nutritiva o lo usas para reemplazar frutas, agua o alimentos esenciales?

Tanto el helado como el yogurt bark pueden tener cabida en tu dieta, siempre y cuando no sustituyan alimentos importantes ni se consuman sistemáticamente como opciones «saludables» sin más. No se trata de cambiar una bola de helado por una lámina de yogurt congelado y pensar que ya estamos cuidando nuestra salud. Esta lógica de sustitución rápida, impulsada por la estética «fit» en redes sociales, es superficial.

En realidad, se trata de entender lo que comemos, de hacer ejercicio, de descansar adecuadamente… La salud no se mide en calorías ni en «likes», sino en un equilibrio integral. Así que, la próxima vez que te enfrentes al dilema del postre, piensa en tus necesidades y objetivos, ¡y disfruta con moderación!

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