Puede sonar a cliché, pero Formentera es mucho más que sol y playa en verano. Fuera de la temporada alta, la isla despliega un encanto difícil de describir. Es una combinación de calma, belleza natural sin artificios y un lujo que no necesita alardear. Hablamos de la *Formentera Auténtica*, la que se disfruta sin agobios, sin esperas y sin reservas imposibles.
Volar a Ibiza es ahora más asequible y los traslados al puerto, más rápidos. Si a esto le sumamos la posibilidad de moverse con total libertad, disfrutar de los mismos paisajes con el doble de tranquilidad y saborear una gastronomía aún más rica, ¿qué más se puede pedir? Formentera ofrece mucho más que playas de ensueño.
La isla se ha convertido en un hervidero de talento culinario, con chefs que apuestan por el producto local, el kilómetro cero y la creatividad. Clubes con historia resurgen con un estilo renovado y relajado, planes de bienestar revitalizan cuerpo y mente, y rooftops ofrecen vistas infinitas. Degusta arroces memorables, sangrías deliciosas y chiringuitos que se convierten en tu segundo hogar.
Incluso un día lluvioso puede convertirse en una oportunidad para descubrir otra cara de la isla. Un buen spa, largas sobremesas y rincones con encanto te esperan. ¿Listo para vivir una Formentera sin prisas ni aglomeraciones? Sumérgete en esta guía y reserva tu viaje antes de que la multitud veraniega conquiste la isla. ¡Conviértete en embajador de este paraíso!
Paraíso de los Pinos: Un refugio de paz y confort. Olvídate de los hoteles inasequibles y los apartamentos impersonales. Este complejo de suites y villas, a medio camino entre playas vírgenes y bosques autóctonos, ofrece el confort de un hotel boutique y la privacidad de una villa. El diseño mediterráneo, las piscinas y los jardines invitan al relax. Además, sus alojamientos son sorprendentemente asequibles.
Cuando te apetezca explorar, a pocos metros encontrarás rutas que te conducirán a calas secretas y acantilados impresionantes. Si Formentera es sinónimo de desconexión, este es tu cuartel general. No te pierdas su restaurante, Es Mal Pas, donde podrás disfrutar de una cocina de lujo sin alejarte de la propiedad.
Es Mal Pas: Sabor mediterráneo y creatividad sutil. Este restaurante, ubicado en el complejo Paraíso de los Pinos, es un auténtico refugio gastronómico. Su terraza rodeada de vegetación, su ambiente relajado y su cocina creativa te harán sentir como en casa. No te pierdas su tomate en texturas, sus vieiras y, por supuesto, su carrillera, considerada una de las mejores de la Península.
La carta varía según la temporada, garantizando frescura y calidad. El servicio es impecable, cercano y conocedor de cada plato. Déjate recomendar, pide un vino local y disfruta del entorno. Un lugar que te reconciliará con el concepto de restaurante de hotel.
Five Flowers: Masajes, spa y vistas que inspiran. Si necesitas un reset, este es el lugar perfecto. El único hotel cinco estrellas de la isla, ahora parte de The Meliá Collection, ofrece una experiencia única. Desde su estética hippie-chic hasta sus vistas al Parque Natural de Ses Salines, pasando por sus habitaciones con jacuzzi privado, todo está pensado para el bienestar.
Déjate consentir por Cristina, una terapeuta con manos de oro, y disfruta de un masaje descontracturante o un tratamiento relajante. El spa cuenta con circuito termal, sauna, hammam y zona fitness. Para culminar la experiencia, sube al rooftop y déjate llevar por las vistas 360º, los bocados asiáticos y los cócteles de autor mientras contemplas la puesta de sol.
Sol Post: La nueva alta cocina balear. Formentera se ha convertido en un destino gastronómico de primer nivel gracias a proyectos como Sol Post, un restaurante con Sol Repsol que ofrece una propuesta valiente, preciosa y conectada con la isla. Su cocina, definida como «de paisaje», nace del entorno y habla con el Mediterráneo en todos sus dialectos.
Un equipo de jóvenes talentos liderado por Mauro Rivas, Armand Vidal y Joan Costa, y con Clara Campoamor a cargo de la pastelería, te sorprenderá con cada plato. No te pierdas su reinterpretación de la «pomada» menorquina, la gamba de Ibiza, la paloma torcaz y, por supuesto, su ensalada payesa, que te emocionará con su aparente simplicidad.
CasaNatalia: Cocina catalana con alma isleña. Detrás de este rincón gastronómico se encuentra la pareja formada por el chef Carles Abellan y Natalia Juan. Su restaurante, ubicado en el pueblo de Sant Ferran, ofrece comida de verdad, de esa que reconforta y emociona. No te pierdas sus croquetas de pollo rustido, su raya, su lasaña de fricandó y sus alcachofas con velo ibérico.
El local es coqueto, animado y con una terraza ideal para cenas largas. Y después de la cena, la fiesta continúa en Charly»s Bar, en el sótano, donde podrás bailar, reír y prolongar la noche con DJ y copas. El ambiente es divertido, local y espontáneo, como la propia isla.
Fandango Formentera: Arroces, vinazos y una fiesta sin disfraces. Este chiringuito, liderado por el grupo Vintae, es la materialización del verano perfecto: mar, música, platos increíbles y una carta de vinos que te obliga a pedir otra botella. La cocina, a cargo de Luis Arrufat y Vicente Monfort, ofrece platos a la brasa y crudos con una facilidad pasmosa. No te pierdas su rodaballo al estilo Guetaria, sus arroces y su selección de mariscos.
En Fandango, la comida se convierte en una experiencia. Música en directo, DJ, cenas a cuatro manos y una energía que te contagiará. Todo con los pies casi en la arena, frente al azul brillante de Es Pujols. Si buscas un lugar donde quedarte toda la tarde y parte de la noche, lo has encontrado.
Briss y Nuu: Descubre el chiringuito auténtico y el solarium secreto de Es Pujols. Cuando creías que ya no quedaban chiringuitos auténticos en Formentera, aparece Briss. Este punto en la playa de Es Pujols, discreto y sin pretensiones, ofrece un ambientazo rockero y despreocupado que lo convierte en uno de los rincones favoritos de la isla. No te pierdas su ensaladilla, su steak tartar, sus calamares a la plancha y sus ostras.
Muy cerca se encuentra Nuu, un solárium con hamacas y sillones a pie de playa. Un descubrimiento inesperado si quieres pasar el día en Es Pujols sin moverte ni un metro. Entre chapuzón y chapuzón, puedes pedir un cóctel, un aperitivo o una ensalada ligera y rendirte al «dolce far niente».
Beso Formentera: Porque #nohayveranosinBeso. Este chiringuito, situado en plena playa de Cavall d»en Borràs, dentro del Parque Natural de Ses Salines, es un auténtico paraíso. Aguas cristalinas, arena blanca y la brisa del Mediterráneo te esperan. No te pierdas su arroz de carabineros, sus jarras de sangría y el ambiente que se crea entre las mesas, el DJ, los brindis y las miradas.
Completa la experiencia con una mañana en alta mar, alquila una embarcación y navega por calas secretas. Y vuelve justo a tiempo para comer con los pies en la arena, junto a su icónica «B» y el hashtag #NoHayVeranoSinBeso.
Es Còdol Foradat: Nandu Jubany firma el mejor chiringuito. Este chiringuito, bajo la dirección de Nandu Jubany, recupera recetas de siempre, a veces con un toque cosmopolita, sin traicionar el sabor original. Aquí se viene a compartir, a saborear, a alargar la sobremesa. No te pierdas sus croquetas de gambitas de Formentera, su berenjena escalibada con sobrasada y parmesano, sus mejillones con curry tailandés y sus arroces.
El frito de langosta o bogavante, con patatas «pebrera» y huevo frito, es una oda al hedonismo. Y de postre, una neula con Nocilla o mermelada servida en un recipiente con forma de pez que se ha convertido en el fetiche dulce de todos los comensales.
Tipic: La noche que baila al ritmo de la historia. No puedes decir que conoces Formentera si no has bailado en Tipic. Este club mítico, con más de 50 años de historia, ha sido testigo de la primera actuación de Pink Floyd en la isla. Hoy, completamente renovado, Tipic sigue siendo el alma nocturna de la isla, pero con un estilo mucho más Formentera: íntimo, elegante, bohemio.
Situado en una antigua casa payesa en Es Pujols, su estética conserva los muros encalados, la piedra natural y las sabinas. Su aforo limitado garantiza que la experiencia sea fluida. Su programación musical es selecta, coherente con la historia del lugar y pensada para hacerte bailar sin parar, pero también para disfrutar del ambiente sin artificios.
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